sábado, 7 de mayo de 2011

Para el poeta Javier Sicilia

para el poeta Javier Sicilia, una danza silenciosa




Una palabra
 silenciosa
cobija el alma


una palabra silenciosa
  abarca el dolor todo
y lo hace luz
y lo convierte en esperanza. . .






. . .y un gesto. . .

un gesto apenas
                            toca la  tierra que cubre
 cada sueño suspendido. . .

y danzo en el silencio,
 sola,
 y así
acallo el llanto







. . .y si una danza silenciosa
abriera el espacio
donde parir silencios de poetas
silenciosos. . .



Una danza en silencio;
   gesto libre, extenso. . .

los pies danzan
                                 y  el alma se vuelca
hacia la travesía








El poeta guarda silencio
por sus muertos,
por los muertos de todos,
por nuestros hermanos;
por los ojos cerrados
y los sueños que han sido abruptamente,
salvajemente sepultados.




Calla la voz del poeta
en su poesía;
pero el poeta habla 
la claridad de un pueblo,
la mañana de una verdad 
que se abre fulgurante.



 
El poeta ya no escribe poesía;
 el poeta calla;
  así
agota la voz del silencio
hasta hacerla  
el sonido portentoso de una lucha,
 voz de un hombre
 que son todos los hombres.






Sicilia:
tu tiempo es otra vez,
y llevas en los hombros
y en el alma
una marca,
una letra quemante
                                     que dice sin hablar, 
  que  escucha,

que viaja 
sobre el viento oscuro del duelo

 que se arremolina
 y se pega 
al calor de la multitud

 que se hace mil voces
 y millones de voces.





Ahora
                      tu silencio
                                             es nuestra voz.





El poeta se crece en el dolor.                                                                     
           Los hombres y las mujeres verdaderos
encuentran hoy
en la oscuridad de su dolor
 una luz
                       y el impulso  
                          hacia su altura;
y  en su humildad sentida y verdadera
la ruta de su grandeza humanizada.



 
Sicilia:
Estamos estupefactos;
no en el sopor
                            no en el terror
sino
                        en la orfandad.

Y ahora
a ti te ha tocado parirnos a todos,
en este sacrificio tuyo
que tu tiempo puso frente a ti como destino.







Sicilia, no te calles;
calla como poeta
pero habla como luz
                     como estruendo
                                     como rayo
     que ilumine la noche.



En tu silencio de poeta
hablas como padre,
como hermano, 
como compañero.



Que los ojos de tu espíritu
iluminen la única palabra
que puede hacernos cuerdos nuevamente.

Comprender el dolor,
comprender el sentido de la palabra paz.



En tu tarea
 tu poesía no se calla,
a pesar de ti
 y de tu silencio.







¿Y sabes algo, Sicilia?
Seguro sabes.
Tu palabra-silencio
se ha hecho autónoma de ti;
corre grave por el campo, por las ciudades,
se enfrenta al fuego de la sequía,
se enfrenta al infame, al ciego, 
al estúpido, al malévolo,
 al sordo.



Tu voz se abre y redime,
 aunque tu poesía
por ahora,
está sintiendo solamente.





Y en este instante
el silencio
             de tu voz
 es el sonido luminoso
de nuestra esperanza,
de la comprensión
de nuestra humanidad.



Tu silencio ahora
es la palabra nuestra,
la de todos.
El sonido luminoso de la paz.










La poesía ya no es palabra.
La danza ya no es gesto.


El alma se mueve en silencio y así danza.

 
La poesía se hace silencio
y es luz.


Hoy el silencio es luz.



pilar urreta, mayo 6, 2011



domingo, 6 de febrero de 2011

CAMBIO DE ESTACIÓN



Cambio de estación


Para mis queridos colegas, bailarines, amigos, hermanos: Alejandro, Ana, Cecilia, Erika, Edith, Jorge y Jorge Antonio, Julio, Liliana, Mariana y Marianita, Nacho, al ángel Gamaliel, Mayita, Oscar, David, gracias por el tiempo maravilloso que hemos compartido.
 

 poema y fotos de pilar  urreta
febrero 5 de 2011





Primero la rabia, el frío amargo. . .
la mente corre sin flecha y sin camino
mientras el corazón, inconsolable,
busca en el silencio una respuesta.





Después, el alma regresa a casa,
 respira largo y profundo,
tomando aire
 mientras remonta
 dificultosamente
las rutas
del error humano,
del daño que erosiona.




. . .pero entonces
 el día cambia. . .
y el alma crece y se transforma,
 como la luz,
como los ojos,
 como el camino.





 Y es buena 
la mañana,
la mirada 
que planea
entre nubes 
y montañas.

El olor del café, 
el sonido tenue
de una flor
cayendo de su tallo.





















Es bueno 
el murmullo 
del arroyo
porque sus piedras cumplen cada una
con un sueño edificado.









Es bello el compañero
con quien se cocina un salto convertido en vuelo,
con quien se comparte una danza
construida para el alma.



Es bella la mirada solidaria,
la mano hermana que nos toca,
el afecto transmitido en el abrazo
que se aprieta al calor
 y dispersa la congoja. 






. . . y el tiempo de la danza del alma
sigue
 y crece raíces
 y nos acerca al corazón del otro.







Es bueno el hogar en medio del campo
porque el bosque guarda y cuida las palabras.

  Es buena la distancia
para que los odios no alcancen las ventanas.









Es buena la palabra que se escribe,
la caligrafía que se inventa,
la pluma que baila,
el papel que recibe
amplio y noble,
un acento,
una letra,
un espacio sin llenar.








Es bueno el alimento recién cocinado,
el paso acabado de inventar,
el vaso de vino y la nueva música
que surge apenas,
para tocar la piel
 y hacerla iridiscente.




 
Es bueno 
el vuelo solitario
porque crece alas 
al alma 
y a los sueños.

. . . y  la danza 
del alma
sigue y nutre 
el tiempo
 y nos sumerge 
al corazón 
de la existencia.









Es buena la memoria
que revela como nueva
 una historia,
 una anécdota,
un rincón de la vida ya vivida.

Es buena la caricia,
la mirada suave,
el afecto sin remiendos.



Es buena la risa,
la estrella fulgurante,
la voluta de una danza.
Es bueno el amigo,
es bueno el hermano,
 es bueno el tiempo que hemos compartido.






Es bueno el cambio de estación,
 el silencio,
el rezo que se canta,
que discurre como agua y como tiempo.





Es buena la noche estrellada
y la esperanza,
y la vida que comienza nuevamente.




. . . y  la danza 
de la vida renace,
 y se hace nuevamente cuerpo,
realidad nutrida 
con la luz del alma
y con la fuerza 
de lo que se ha vivido.










Tiempo exaltado, espacio compartido,
  el regalo,
el secreto,
el bien de nuestra travesía. 








Y cuando las palabras
 ya no sean necesarias
sólo habrá
danza.



                                                                   poema y fotos de pilar urreta
 febrero 5 de 2011













 
  











miércoles, 10 de noviembre de 2010

Exposición Las vocaciones de la luz




Inauguración el día 11 del mes 11 
a las 11 horas (am o pm)
del año 2010



Bienvenidos a esta inauguración virtual 
de mi exposición fotográfica  
LAS VOCACIONES DE LA LUZ



Desde hace mucho tiempo me ha apasionado la exploración de la idea de la luz y sus múltiples acepciones: la luz como danza; en la poesía, en la fotografía, en el arte visual; la luz y sus transmutaciones; la luz y sus caleidoscópicas maneras de ser.

  LAS VOCACIONES DE LA LUZ es un ensayo fotográfico de imágenes que tomé en 2008 y que explora los efectos de la luz artificial en la entrañable ciudad de Nueva York.

Estas fotos no tienen ninguna manipulación digital, ni efecto de ningún tipo sobre la imagen. Lo que ven es lo que vi con los ojos y tomé con la cámara. Cada foto representa una oportunidad para capturar  los caprichos que la luz produce para disfrute del ojo humano; una línea de luz, un resplandor en una ventana encuentran su sitio en la retina del corazón.

Acompaño las fotos con unas líneas breves que he escrito como juego de superposiciones en torno a la idea de la luz; un juego fugaz como la luz que atraviesa el ojo de la cámara.
¡Disfruten la exposición!
 gracias por visitar mi blog